David Palomar llega saludando sonriente a la gente que se toma una cerveza en la peña Juan Villar.
Viene de cantar en la cadena Ser en un acto de hermanamiento entre su barrio de la Viña y el barrio
de la Viña de Lorca. Un acto de apoyo a los murcianos que tan mal lo han pasado con el terremoto
del pasado 11 de Mayo.
Para beber nos pedimos unas copas de manzanilla fresquitas. Lolo Romero del blog cultural
Galimatías comerá choco a la plancha, Javier Prieto, un servidor, cazuela de pescado y Palomar caballa asada con piriñaca. La peña Juan Villar, para quien lo desconozca, está situada en la misma entrada de la viñera y popular playa de La Caleta. Con Camarón, Mariana Cornejo y Chano Lobato haciendo de testigos
mudos desde las paredes de la peña, comenzamos la charla a tres. Gaditanía pura.
Fotografía: Luis Castilla. |
- ¿De dónde te viene el flamenco?
-Es una cosa bastante curiosa, porque yo se supone que empecé con el carnaval, pero el flamenco
me llega inconscientemente. Cuando yo tenía 8 o 9 años, mi hermana bailaba en la academia de
Pepín Muñoz, que está en el barrio de la Viña, en el corralón de los carros. Yo iba con mis padres
y he visto muchísimos ensayos de ella; posteriormente también muchos festivales de verano por
toda la sierra de Cádiz. Y claro, el grupo de baile siempre cerraba, así que escuchabas a los 4 o
5 cantaores que actuaban antes. Panseco, el Turronero, Pepe Alconchel... gente súper aficionada.
Rancapino, Camarón incluso.... mucha gente. Yo andaba por allí y evidentemente el sonido se me
fue haciendo cada vez más familiar.
Después de aquello me entró la “vena” de tocar la guitarra y empecé a dar clases con José Herrera,
un maestro de Cádiz que ya falleció. Y estuve recibiendo clases en la peña Juanito Villar, la antigua,
la que estaba en la calle Pericón de Cádiz y en su casa en la calle Enrique de las Marinas. Y bueno,
estuve dos años con él. Yo era muy sucio tocando la guitarra, me agobiaba y me aburría. Tú sabes,
cosas de niño.
Pero lo que me llevó a pensar “yo quiero ser flamenco”, llegó porque mi padre fue uno de los
fundadores de la Peña Camarón de la Isla en la calle Paraguay, aquí en la Viña. Después de
ver la presentación de la Peña o a Camarón presentando Soy Gitano en el teatro Andalucía, mi
padre me regaló unas navidades un “spectrum plus dos”, el primer ordenador que tuve. Y el
disco Soy gitano de Camarón en CD. Mi padre ya tenía casetes de Camarón en casa: “Como el
agua”, “Viviré”Flamenco Vivo, “Calle Real”...
Y yo claro, le daba vueltas al CD porque era el primero que había entrado en la casa. Y así empecé
a escuchar y a cantar a Camarón. Al principio era Camarón nada más. Ya después de formar
Levantito di el salto al flamenco profesional con Javier Barón .
- ¿Cómo te arrancas a cantar? ¿Cuando empiezas a cantar?
-La primera vez que canté en público fue en un fin de curso, en primero de BUP en Valcárcel.
Canté las bulerías de “Viviré” enteras. Y después canté en un aniversario de mis padres en la Iglesia
de San Lorenzo.
En el 95 comencé a hacer la gira de El Barrio como corista, en el 97 salió Levantito y desde ese
momento empecé a buscarme la vida con el flamenco.
-¿Que siguió a Javier Barón?
- Pues le siguió Cristina Hoyos, la compañía de Carmen Cortés y Gerardo Núñez. Isabel Bayón,
Fernando Romero, Juan Ogalla, Alejandro Granados. También Rafael de Utrera que fue un poco el
que insistió a Cristina Hoyos para que me cogiera. En las compañías de baile es donde yo me hice.
Es donde empecé a escuchar flamenco de verdad, quiero decir, una gama amplia de estilos.
-¿En esta época es cuando empiezas a estudiar por derecho?
- Claro, porque yo al venir de Cádiz dominaba la alegría, un poquito la soleá, la bulería, que es
el palo nuestro en las fiestecillas. Pero claro, hay que cantar la caña, los caracoles, la romera, los
cantes de levante, que si los cantes de Málaga, ya empiezas con los abandolaos y dices ¡ay maita!.
Recuerdo estar en Sevilla en el Lope de Vega y llegar un tío que vendía la colección de “Rito y
Geografía del cante”, me lo compré y desde entonces tengo en casa dos muebles enteros solo llenos
de discos, videos y libros. Mucho vinilo, porque me he aficionado al vinilo. Ahora con internet
tienes un poco más de facilidad, pero como haya algo que me llame la atención lo busco y lo
compro.
Al principio, de cinco años para atrás, yo estudiaba muchísimo, ahora estudio un poco menos, pero
lo aprovecho más.
Fotografía: Luis Castilla. |
-¿A la hora de estudiar notas las aquellas clases de guitarra?
-Hombre por supuesto, para la afinación y saber dónde te encuentras en la tonalidad. Tengo que
reconocer que soy un poquillo perro y debería coger más la guitarra.
Y a mí me ha ayudao mucho lo que es la disciplina del estudio de grabación. Desde la época del
Barrio he pisado muchos estudios en Madrid, en Sevilla... Y en Cádiz, Caleta Records era nuestra
segunda casa. A mí me ha valido por ejemplo para grabar y producir yo mismo mi disco.Tengo una
visión clara de lo que quiero que suene. Elijo un arreglista que me guste para cosas específicas, pero
lo tengo claro antes de entrar.
-Sé que tienes una relación especial con Jerez y con Sevilla. La de Sevilla la tenemos más clara
debido a los años que has estado viviendo allí mientras trabajabas con Cristina Hoyos. Háblanos de
la relación que te une a Jerez.
-Mi bisabuela era jerezana, de La Plazuela, bautizada en San Miguel. Y creo que influye eso y que
soy un enamorado de la Paquera.
La verdad es que hay cantaores en Jerez puntuales que he mirado mucho. Cómo el Chozas, la
Paquera o Tío Borrico. Estos tres son mis preferidos. Pero me encantan Terremoto, padre e hijo, El
Torta que es como De Paula, depende como lo cojas. Ahora como lo cojas bien te quieres morir con
él. Me gusta el Zambo por bulerías, Agujetas el viejo...
Entre la gente joven de Jerez tengo la suerte de tener muchos amigos, me quedo con Jesús Méndez
que es mi compadre y lo admiro mucho como artista. Me gusta Miguel Londro, David Lagos
que tiene una cosa especial, el Tolo que es un diamante en bruto. A mi Jerez me tira mucho, he
trabajado en la compañía de Mercedes Ruiz, con ella y Santiago Lara y allí me han acogido como a
uno más.
Tengo muy buena relación con todo el mundo: Juan Diego, El Bola, Alfredo ( Lagos), Manuel
Morao, que ha tocado en mis dos discos...
Moraito es uno de los gitanos más bondadosos, más humildes y mejores personas que he conocido
en mi vida. Y también es el gitano más gitano que conozco. El gitano, ya que es “errante”, es
supersociable, y eso Morao lo tiene. Para mi es punto y aparte, siempre que lo he llamado ha
venido, sin motivaciones económicas.
También tengo que decir que a la inversa yo no noto en según qué sectores ese cariño. De Jerez
hacia Cádiz. Aquí cuando hay festivales siempre tiramos mucho de Jerez, pero sin embargo es muy
difícil ver a un gaditano en la fiesta de la bulería o en un “Viernes”. A mí eso me choca mucho.
-Un pregunta que viene un poco relacionada con el tema y que venimos rumiando desde el pasado
Festival de Jerez en el que estuvimos con él. ¿Porque nadie contrata al Nano para cantar en Jerez?
-No sé, si no canta será porque no gusta su cante, ¿no?. Pero hay que recordar que viene de una
saga, de Tío Juanes, y cuando yo lo vi en el espectáculo de La Fragua, al Nano había que echarle de
comer aparte. Tiene un soniquetazo...
-Cádiz, Santa María. Cádiz, La Viña. Cuéntanos un poco de tu gaditanía en el cante.
-A mí me da mucho apuro muchas veces cuando la gente me dice” tú tienes que ser el sucesor
de Chano Lobato”. Es una losa, porque ese hombre era un genio. Yo tengo mi personalidad y lo
hago lo mejor que se. Con respecto al cante de Cádiz, yo creo que todo gira en torno a los gustos
personales. Yo por mi forma de ser, no puedo vivir sin reírme, sigo viendo al Beni y me identifico
con muchas cosas que hacía. Me gusta mucho juntarme con los viejos, me rio mucho con sus cosas,
y al final eso y el estar en el sitio, te hace cantar de una manera u otra.
-¿Hay realmente diferencias entre La Viña y Santa María?
-Yo creo que no. Históricamente yo creo que en Santa María había más flamencos porque el
matadero estaba más cerca. Y allí trabajaban casi todas las familias gitanas. Pero a la hora de la
verdad no difiere mucho el cante de La Perla por alegrías del de Pericón. La Viña es un barrio más
marinero, el ánimo es un poco distinto. En Santa María aún queda mucha infravivienda, no pobreza
extrema, pero si mucha gente que lo pasa mal. Siguen teniendo a los asustaviejas, la gente que se
busca la vida con una caja de pescado en una esquina. El ánimo es diferente. La Viña siempre ha
encarado lo problemas con un sentido del humor muy bueno.
-Como carnavalero que eres, ¿hasta qué punto crees que el carnaval ha lastrado al flamenco en
Cádiz.?
-Yo creo que no nos perjudica porque cada uno tiene su campo. El carnaval está sobradamente
reconocido y se ha visto que da dinero. El flamenco estuvo así en su día, pero entran ahora otros
factores en juego. Influye que a quien gobierna le interese más o menos promocionar una cosa
u otra. Que alguno lo consideren rentable, o no. Hay un rollo de manejo político en ese sentido.
Saben que el carnaval tiene menos riesgos para generar ingresos. Por eso yo admiro tanto a Antonio
Benítez (Programador flamenco gaditano. NdR), que hace los Jueves flamencos casi sin ayuda.
Es verdad que hay que hacer una recuperación del flamenco en Cádiz. Mi ilusión sería abrir una
escuela de flamenco en Cádiz, una escuela como Dios manda. Como tiene en Sevilla Cristina
Heeren. Y tener por bandera la escuela gaditana de cante y con un profesorado en condiciones. Que
la gente tenga que venir aquí a estudiar el cante de Cádiz.
Para el flamenco no vale tan solo con hacer un centro en la Merced y flamenco en los balcones. Lo
que hay hoy día está más enfocado al turismo.
-Hay una frase que usas en el disco que resume muchas cosas. “Cante chico cante grande, bulería
gaditana. Grande o chico el que lo hace , dice un voz soberana.” ¿Es difícil cantar por Cádiz?
- Tanguillos, chuflillas, alegrías, toda la gama de romeras, caracoles, mirabrás. Si uno no le da el
sabor...
Tú puedes tener el fuelle y una técnica increíble, pero si no das con el punto que le tienes que dar el
cante no vale para nada. Es lo complicado del cante de Cádiz, que tiene un saborcito, cuatro cositas
que le tienes que dar. Y la gente no le echa mano por ejemplo a los tanguillos. Yo a pesar de ir
con los tiempos, de considerarme transgresor, soy defensor del cante gaditano. Cuando me siento
acompañado de una guitarra intento que el sonido sea genuinamente gaditano. Que la alegría no
suene como la que pueda hacer un cantaor de Madrid, con perdón. Yo si escucho cantes de Cádiz
y no noto identidad y matices, no puedo comprender el cante. Por eso necesito gente en la guitarra
que tenga ese gusto. Rafael Rodríguez, el Morao...
- ¿Qué quieres contar con toda esa iconografía republicana del disco, esos colores en la web?
- Es más una reivindicación del espíritu de libertad que representa que algo político. Yo soy
apolítico. Soy consciente de lo que pasa, estoy informado y he asistido por ejemplo a asambleas del
15-M.
De hecho en la temporera he metido unas voces de Aznar. Que nos llevase a la guerra me ha
parecido de lo más mezquino que ha podido hacer un político en la historia de España.
Pero en general la política me hace daño, es una cosa que ensucia y hace daño.
-Has realizado un trabajo de recuperación y de investigación muy interesante en los dos discos, el
pregón de Macandé, las temporeras, la malagueña de Fosforito el viejo. Cuéntanos algo al respecto.
-Para mí es natural, no me cuesta trabajo. A mí por ejemplo el pregón me parecía una belleza, no
lo tenía grabado Macandé, lo grabó el Negro del Puerto y se lo pillé. Lo hice en Cajasol y gustó.
También he hecho los fandangos de María la Sabina, que por lo visto eran de la Tollo, lo que ocurre
es que los popularizó María la Sabina. De soleá he estudiado cosas del Mocilla, del Mellizo o de
Paquirri el Guanté, que era un gran desconocido de la soleá gaditana.
La Malagueña de Fosforito el viejo la he grabado en uno de los estilos en mi disco. Con Rosario
Toledo he hecho mucho ese estilo de malagueña, en “Gaditanía” hice Fosforito el Viejo y el
Mellizo. Mariana Cornejo hizo la montañesa y yo Macandé, los dos pregones. Y después hacíamos
juntos la milonga de Pepa Oro. Hay cantes que sí que he recuperado pero casi inconscientemente.
Tanguillos sí que me pongo a rebuscar muchos. Tanguillos antiguos. He cogido uno de un disco con
una actuación de Manolo Vargas en Londres, “que quita el sentío”. Es verdad que esas cosas me
gustan mucho. Ahora me gustaría meter en repertorio los tangos del Piyayo. Chano Lobato hacía
una composición muy bonita que era garrotín, tangos de Málaga y remataba con farruca.
De Santiago Donday miro mucho las seguiriyas. Hago los ays; esos detallitos me gustan mucho y
los cojo. No quiero parecerme a nadie, pero me gustar coger cositas.
Antes había más personalidad en el cante. Al no haber tanta repercusión mediática con el flamenco,
la gente iba a las fiestas a escuchar a alguien cantar y dos días después cuando el que había
escuchado trataba de repetirlo, ya no sonaba igual. De ahí por ejemplo que haya tantos fandangos
Fotografía: Luis Castilla. |
personales.
-Bueno, para acabar, te voy a decir una serie de nombre y tú comentas lo que quieras sobre ellos.
-Perfecto.
-Ignacio Ezpeleta.
- Originalidad, trabalengüero.Sobre todo las historias que se cuentan de él. Era un personaje al que
le pasaban sucesos muy graciosos.
-Cristina Hoyos.
-Para mí ha sido mi maestra sobre el escenario. Me ha enseñado a respetar el escenario. En eso
es la número uno. Me ha enseñado a cómo estar en un teatro, a respetar las pruebas de sonido y de
luces. Ir bien vestido al teatro. Que hay muchos artistas que salen del teatro y van vestidos como si
fueran a hacer footing. Ha sido una maestra perfecta en mis inicios.
-Gerardo Núñez.
-La técnica en la guitarra. Es el guitarrista más técnico que hay, hasta Paco lo dice. (Paco de
Lucía. NdR). Se acaba de levantar y está haciendo un tremolo o un picado. Es como un deportista
de la guitarra, una cosa impresionante. Para muchos músicos sus composiciones son material de
estudio. Es un tío muy tímido, le gusta mucho acompañar al cante. Lo veo un tío muy normal, un
jerezano un poco atípico, muy enamorado de Sanlúcar, los barcos, navegar…
-Chano Domínguez.
-Chano verdaderamente se ha inventado una cosa. La gente habla de flamenco jazz, pero eso
realmente es Chano Domínguez. Junto con Alfonso Gamazo, “El Moderno”. Con Alfonso también
tengo mis vivencias. He vivido con él cosas preciosas. Y Chano es un tío muy humilde, toca
porque lo que hace le nace. Es muy hippie, va a su rollo, muy de corazón. Y le gusta tocar por tocar,
le gusta la música. Muy autentico, Chano.
- ¿Con la gente del grupo Cai has tenido relación?
- Hombre yo conozco a Fopi, conozco al Niño con el que coincidí porque iba de bajista en el
Barrio cuando yo era corista. Él fue el que bautizó a Levantito, dijo que éramos muy revoltosos.
Tenemos amistad con él y nos queremos mucho. Con Fopi también, yo he escuchado los discos de
Cai como unos referentes.
-Daniel Saltares.
- Lo veo un exponente del baile de Cádiz en evolución. Tiene unas cualidades buenísimas y puede
aportar muchas cosas. Está en un proceso de búsqueda de su propia personalidad, pienso yo. Me cae
bien como persona y me gusta como artista. Pienso que va a evolucionar mucho.
También me gusta mucho Edu Guerrero, tiene estética, conocimiento. Veo que cuando encuentre su
camino va a ser un exponente del flamenco de Cádiz. Lo veo con cualidades, como un Antonio el
bailarín.
-Antonio Martínez Ares.
-Me encanta, pisha. La revolución de la comparsa. La evolución tras Antonio Martín. Ha hecho
unas obras de arte tremendas, a los aficionados al carnaval nos da mucho coraje que no vuelva a
salir. Yo lo entiendo porque el carnaval se ha puesto de una manera muy desagradecida. Y ahora
verá a la gente joven y pensará que él ya ha estado veintitantos años y que ahora lo hagan otros. Es
un divo con corazón. Así lo voy a definir.
-Israel Galván.
-Israel es mi ídolo. La gente no ve que como tengo unos gustos clásicos en el cante puedo
tener una mente muy abierta. Mi disco de cabecera es Omega, entiéndeme. Israel, no sé ni cómo
explicarlo. Cuando baila y expresa yo me siento identificado. El Dalí del baile. Una actitud de
genio, hablas con él y responde como con timidez y después lo ves bailar cosas increíbles. Todo
lo que hace tiene un porqué, seguro. No es por casualidad que baile así. Geométrico, flamenco, se
acuerda con el cuerpo siempre de Triana. El exponente más importante del baile.
-Mario Maya.
-Maestro de maestros. Lo conocí en Madrid a través de Carmen Cortés, que fue su alumna. Iba
por delante de su tiempo. Fue quien estructuro el espectáculo del baile. Reivindicativo. Fue una
revolución, adelantado a su tiempo. Se fue a N.York a estudiar.
Se ha ido con proyectos por hacer, como Morente, queriendo decir cosas. Gente inquieta. Incluso
les podía aburrir la tradición. Yo lo entiendo, muchas veces quieres investigar en el sonido. O en la
literatura, que tanto en la copla como en el flamenco están anticuada. Y eso por ejemplo Enrique
Morente comenzó a cambiarlo. Los poetas, Leonard Cohen. Creo que es un camino bonito poder ir
con la tradición y con la vanguardia. No apalancarte, mojarte y hacer cosas distintas.
-Diego Carrasco.
-Yo lo comparo con Chano Lobato mucho. Y a nivel de compás con Tomasito, que es la
evolución de Diego. Ha dejado grandísimos discos: “A tiempo”, “Voz de referencia”, “Flamenco
barroco” Y era muy buen guitarrista, porque para evolucionar hay que entender muy bien
la tradición y el cante viejo. A partir de ahí se pueden dar pasos, teniendo la esencia y el
entendimiento se puede dar un paso más allá. Diego es indescriptible y Tomasito “no te digo na”.
- Kiko Peña.
-Lo escuché en los Jueves flamencos, es un disparate, inexplicable. Yo conozco a su madre del
Rocío y en una fiesta me dijo que el que cantaba era su hijo y …
Cuando yo lo escuché, se me saltaban las lágrimas. Por seguiriyas...pffff.
La gente escucha los mismos discos y estudia lo mismo, pero hay algunos que tienen una sabiduría
innata. Kiko tiene eso, coge el cante y lo hace suyo , lo interioriza.
-La Perla.
-El gusto. Yo creo que está dentro de las tres personas que más gusto han tenido cantando. Tenía
un paladar...
Era un caramelo cantando. Eso es el cante de Cádiz, muy dulce, muy temperamental, muy rítmico.
Los viejos de Cádiz afinan muy bien, cosa que no ha pasado en muchos sitios. En Cádiz se ha
afinado muy bien y se ha dicho el cante con mucho gusto. Más que vocear, se ha dicho el cante. Y
se vocaliza muy bien, se entiende toda la letra. La perla pronunciaba perfecto.
-Chano Lobato.
-Chano cogió el tanguillo, que había rescatado Pericón. Hizo de todo porque fue un cantaor muy
largo, le cantó atrás a Antonio el bailarín, Matilde Coral...
Pero el tanguillo lo ha hecho grande. Los del Tío de la tiza, Cañamaque, los Anticuarios...
Un palo muy solicitado en sus recitales. Y lo ha dejado como palo de personalidad gaditana. Ahora
el que no sepa cantar tanguillos y sea de Cádiz...Uy.
Yo entendí escuchando a Chano que tenía que incluir el tanguillo en los recitales y defenderlo. Una
labor difícil porque ahí están él y Mariana como referentes.
-Camarón de la Isla.
- José ha sido el intérprete con más sensibilidad del flamenco. Como decía Félix Grande, “como
se lamentaba Camarón, no se ha lamentado nadie”. Como ha interpretado José los cantes y como ha
engrandecido el flamenco...Es insuperable.
De Cádiz tiene mucho, él se miró mucho en Antonio el Chaqueta. En la bulería, la chuflilla y
el trabalenguas él se miró mucho en El Chaqueta. De la Perla, las bulerías, las alegrías. Las ha
mamado de ahí. Juanito Villar me contaba que Camarón escuchaba mucho a Santiago Donday por
seguiriyas, al igual que se iba a Jerez a escuchar a la Bolola, que dicen que tenía una bulería muy
cortita, pa matarse.
Un cantaor muy inteligente y con un metal de voz perfecto. Tenía condiciones y le sonaba bien el
material. La mala suerte es que se topó con una época difícil en la que se encontró con cosas que le
hicieron daño. Él tenía muy claro que quería vivir deprisa y como le diera la gana. No era normal
como ese hombre cantaba. Sabía que su recorrido era corto en la vida pero que iba a dejar lo que
ha dejado. Una antología de 25 o 26 discos inmejorables. Los aficionados nos preguntamos cómo
cantaría Camarón con 50 o 60 años. Probablemente con muy poquita voz pero con mucho gusto. Es
el que me empujó a cantar y creo que lo mismo le pasa a mucha gente joven.
-Pues nada más David, muchísimas gracias por la entrevista y esperamos que te sigan marchando
bien las cosas. Un placer hablar contigo.
-Gracias a vosotros. Un placer.
Texto:
Lolo Romero y Javier Prieto.
Fotografías:
Luis Castilla.
Entrevista publicada conjuntamente con: